Dossier 9 - Una historia de desencuentros: las relaciones entre Europa y el Estado de Israel
Postales
de una relación tensa
Por Damián
Szvalb
(Desde Buenos Aires)
La perpetuidad del conflicto
en Medio Oriente es el más claro resultado de la política
de demonización y aislamiento que gran parte de Europa
le ha inflingido a Israel a lo largo de la historia y que se ha
exacerbado desde el inicio de la denominada �Segunda Intifada�,
en septiembre de 2000. Por eso nadie puede sorprenderse ante la
afirmación que dice que gran parte de la culpa de que la
guerra entre israelíes y palestinos no termine sea de los
europeos.
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A Europa le llevó casi 25 años desprenderse
de los tabúes que no le permitían atacar a Israel
por el recuerdo de lo que fue el exterminio de millones judíos
durante la segunda guerra mundial en su territorio. Y no hay duda
de que el desarrollo del conflicto entre israelíes y palestinos
les sirvió a los europeos para exonerar las culpas de aquella
tragedia generada y perpetrada por ellos mismos. Y lo hacen a
través de un ejercicio intelectual que inunda al mundo:
la simplificación de los hechos históricos para
generar comparaciones impresentables e inmorales. Así es
como el accionar de Israel en Gaza y
Cisjordania es calificado como �nazi�.
Europa le exige a Israel lo que a nadie: un comportamiento ético
y ejemplar que ellos nunca tuvieron cuando pasaron situaciones
similares. No pueden olvidarse de cómo ellos enfrentaron
al terrorismo y buscan lavar sus culpas condenando a Israel. Y
no está mal que identifiquen a Israel como un único
país que debe mantener a toda costa su espíritu
democrático, aún en medio de tantos fanatismos y
dictaduras. Pero lo que también deberían hacer es
dejar de hacerles el juego a los palestinos diciéndoles
que siempre pueden pedir algo más para firmar el fin del
conflicto. El entonces gobierno socialista español de Felipe
González apoyó a los GAL, grupos paramilitares que
combatieron a ETA alejados de las leyes de la democracia. Ni que
hablar de los franceses que masacraron a miles de civiles en Argelia
y los británicos que torturaban a quienes sospechaban de
ser terroristas del IRA. En términos de la más estricta
teoría, Europa no soporta que Israel lleve sus políticas
frente al terrorismo al extremo del realismo y que lo enfrente
de una manera concreta, y prefiere imponer la política
del apaciguamiento, cargada de idealismo que dice que lo mejor
que hay para combatir al terrorismo es la no provocación.
Todas estas diferencias se profundizaron después del 11
de septiembre de 2001, cuando EEUU se tomó conciencia del
peligro terrorista y adoptó una posición parecida
a la israelí: al terrorismo se lo combate y no se lo recompensa.
Este acercamiento con los Estados Unidos enfureció aún
más a los europeos que hacen lo posible por marcar diferencias
con las políticas de Bush en
la región. Son muy pocos los líderes europeos, y
ni que hablar de la opinión pública, que no desprecie
el modo de vida norteamericano, alejado de la elevación
cultural que ostenta Europa. Israel es considerado una continuación
de ese imperio pero nadie se detiene a pensar unos segundos sobre
los orígenes de esta identificación: EEUU no tiene
deudas morales con los judíos y no carga con la historia
de persecuciones y asesinatos europeos.
Además,
vuelve a aparecer la política real porque Israel, al igual
que cualquier país, no tiene amigos sino intereses. �Con
qué otro aliado puede contar Israel que no sea EEUU? Un
país que siempre ha respondido cuando Israel necesitó
algún respaldo luego de ser aislado por el concierto de
las naciones. Serían incontables las condenas que Israel
sufriría si EEUU no ejerciera su poder de veto. También
es importante recordar que la relación entre Israel y EEUU
se consolidó recién después de la guerra
del �67, cuando los europeos, en palabras de Charles De Gaulle,
se cansaron de la �soberbia israelí�. Europa reconoce que
Israel nació desde lo más profundo de su vida cultural
y política y cree que esa idiosincrasia ha sido traicionada.
No les alcanza con ver a Israel como un Estado más y le
exigen conductas éticas morales que no parecen importarles
en los otros 191 estados soberanos que existen el mundo. La guerra
de los Seis Días fue el hecho histórico que funcionó
como una bisagra en esta relación entre Europa e Israel,
el momento en que se invirtieron los roles. La ocupación
de territorios y la desproporcionada relación de fuerzas
entre israelíes y palestinos hicieron el resto. Todo esto
cambió la mentalidad europea y nunca más se modificó.
Quizás el mayor daño
de esta posición intransigente europea lo sufren los israelíes
que más cerca están de las ideas que identifican
a la Europa iluminada: desde el campo de la paz, en Israel y desde
la izquierda sionista, se pueden acompañar las críticas
de la intelectualidad europea a la política de los gobiernos
israelíes, pero nunca aquellas que cuestionan la legitimidad
del Estado y que ofenden la historia de los judíos. Además,
las elites intelectuales y académicas europeas han boycoteado
la presencia de sus colegas israelíes en las universidades
y centros de estudio europeos, marginándolos del debate
y de la producción científica. Europa ve en Israel
todos los conflictos que ya empezaron a ser familiares para ellos.
El más visible es el terrorismo fundamentalista que no
reivindica territorios o cuestiones políticas sino que
busca destruir los valores occidentales. Y esto no es una interpretación:
lo dicen ellos abiertamente. Este asunto está relacionado
con los límites que tienen las democracias liberales (en
el sentido europeo de la palabra) para combatir este tipo de terror.
En medio de la apertura de sus fronteras internas, con la ampliación
de la Unión Europea, a Europa pareció sorprenderla
la masacre de Atocha. Y más allá de las explicaciones
lineales sobre las causas de ese atentado, y aunque no lo declamen,
los líderes europeos ya se empezaron a dar cuenta que �las
excusas� del terrorismo pueden ser infinitas. Y esto, mezclado
al desplazamiento de millones de personas que buscan respuestas
económicas desde las zonas más marginales del mundo,
está generando medidas de seguridad y de prevención
mucho más duras y que atentan contra los derechos individuales
de las personas, valores democráticos que Europa se preocupa
tanto de defender en otras partes del mundo. El otro tema que
asusta es la convivencia con millones de musulmanes que tienen
una característica que los diferencia de otras minorías,
y es que no son integracionistas. La decisión de prohibir
el velo desnuda las limitaciones que tiene Francia para detener
esta expansión y preservar la educación laica aunque
no está muy claro en qué afecta al espíritu
de la enseñanza que las chicas musulmanas vayan o no con
velo al colegio. La reconstrucción de la relación
sólo será posible en la medida de que Europa se
comprometa de lleno en el proceso de paz entre israelíes
y palestinos y que, como bien dijo alguna vez el ex canciller
israelí Shlomo Ben Ami,
dejen de palmearles la espalda a los palestinos aconsejándoles
que siempre pueden pedir un poco más. La solución
pacifica del conflicto cerrará la etapa más negra
de las relaciones entre Israel y Europa.
En el ojo del Huracán
Por
Sabrina Gelman
(Desde
Caracas, Venezuela)
De
ser uno de los actores más discretos, un simple observador
en del proceso de paz entre palestinos e israelíes, la
hoy afianzada Unión Europea a pasado a transformarse en
uno de los elementos con mayor influencia en la configuración
de la geopolítica contemporánea, y a ser un miembro
clave de ese cuarteto que busca asentar las bases para lograr
la paz en la convulsionada región del Medio Oriente.
Madrid,
30 de Octubre de 1991. El Primer Ministro de Israel Itzhak
Shamir y el líder de la Organización
para la Liberación de Palestina (OLP), Yasser
Arafat, se reúnen para asistir
a la apertura de la Conferencia de Paz para el Medio Oriente.
Con la presencia de representantes y mandatarios de países
como Siria, Líbano, Jordania, Egipto y el Reino de Arabia
Saudita, el encuentro, encabezado por el Primer Ministro de España,
Felipe González, el representante de la Comunidad Europea,
Hans van den Broek,
y los presidentes, George H. Bush
y Mijaíl Gorbachov, significó la reestructuración de
un proceso de paz que, a pesar del éxito obtenido en Washington,
en 1978, vio incrementado el grado de hostilidad durante la década
de los ochenta. Frente la caída de la Cortina de Hierro,
el fortalecimiento de la Comunidad Europea era inminente, y la
paz entre palestinos e israelíes se volvió un tema
prioritario para las naciones del viejo continente. Por eso fue
que aquel día de octubre, en la ciudad de Madrid, el escenario
y las condiciones comenzaron a cambiar. El rol de la nueva Europa
frente a este conflicto comenzaría a enfocarse hacia una
posición más activa y menos observadora, como la
que había tenido en el Consejo Europeo de Venecia en1980.
La otrora comunidad pasó a ser una alianza de países
que a futuro, no sólo se transformaría en un área
de Libre Comercio, sino que, en virtud de la apertura de las fronteras,
comenzarían a visualizar el problema árabe- israelí
de una manera distinta, como un foco de riesgo para la seguridad
de la región (la zona del Mar Mediterráneo es una
frontera compartida por tres continentes, cuya posición
estratégica sirve para el flujo de armamento, dinero y
personal relacionados con actividades terroristas) La Convención
de Madrid y los Acuerdos de Oslo de 1993 fueron discretas jugadas
diplomáticas que introdujeron a Europa como un elemento
a considerar dentro el mapa de la negociación. Mientras
en 1993 se desarrollaba en la clandestinidad el intercambio epistolar
entre Yasser Arafat
e Yitzhak Rabin, la UE comenzó
a orquestar un proyecto de Política Exterior de Seguridad
Común Europea.
El
objetivo de este plan de seguridad, motivado por la guerra en
los Balcanes, era hacer de la UE un organismo de envergadura internacional,
capaz de plantear una posición en torno a los conflictos
armados y los asuntos humanitarios. Esta Política de Seguridad
Común adquirió matices preponderantes en torno al
conflicto en el Medio Oriente, cuando el 27 y 28 de noviembre
de 1995, los 15 miembros de la UE y las 12 naciones que conforman
la región del mediterráneo se reunieron el la ciudad
española de Barcelona para llevar a cabo lo que se conoce
como el Proceso de Barcelona. Un convenio Euro- Mediterráneo
que tiene como principio abrir un Área de Libre Comercio
en la región, a fin de afianzar los lazos económicos
y garantizar el desarrollo sostenible entre estos 27 países,
en un ambiente de estabilidad y democracia.��
Dada la proximidad de Europa con el Líbano, Siria,
Israel, Jordania, Libia y la Autoridad Palestina, el proceso de
paz se convirtió en un hecho prioritario para la unión,
y dejó de ser un factor aislado dentro del conflicto para
convertirse en una de las llaves que pueden abrir las puertas
de su resolución. Esto dio pie a que en 1999 la Política
de Seguridad Común entrara en vigencia, en virtud del Tratado
de Ámsterdam que comenzó a regir en 2003. Ese mismo
año este bloque europeo fue tomado en cuenta para conformar
un importante cuarteto integrado por las Naciones Unidas, Estados
Unidos y la Federación Rusa, en aras de impulsar el proceso
de paz entre israelíes y palestinos a través de
la Hoja de Ruta, y para encaminar los proyectos acuíferos,
agrícolas y energéticos, que muchos países
europeos tienen con las naciones árabes y el Estado de
Israel. En el año 2004 diez nuevos miembros se integraron
a las filas de esta potencia mundial, cuyas proyecciones para
el futuro son más que favorables. A pesar de la incertidumbre
que genera romper con las barreras fronterizas y culturales, compartir
una moneda e incluso la posibilidad de un ejército en común,
la UE cobra cada día más fuerza al momento de evaluar
un conflicto o un evento internacional, porque, dada su naturaleza,
es la única que tiene la capacidad de sobrevivir en el
ojo de un huracán llamado Medio Oriente.
La importancia de la cooperación
europea
Por Daniel Maoz*
(Desde Jerusalem,
Israel)
Las
relaciones entre el Estado de Israel y Europa atraviesan una etapa
que, desde el punto de vista político, no es la mejor en
su más de medio siglo de historia. Una variada cantidad
de factores así lo han determinado, sea por decisión
Israelí o por enfoques Europeos distantes de Israel.
Debido a la importancia central de algunos de ellos, este
documento propone centrarse en dos causantes básicos del
actual deterioro en las relaciones Europa-Israel.
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�El primer eje de deterioro radica en los preconceptos y prejuicios
a través de los cuales ambas partes se relacionan con el
otro. Durante décadas, la �Orientación Americana�
dominó y domina hoy día la concepción estratégica
Israelí. Por su parte, Europa se muestra crítica
hacia Israel respecto al manejo del conflicto con los Palestinos
desde el año 2000, pero también durante los años
de negociaciones políticas con la Autoridad Palestina,
entre 1994-2000, las relaciones atravesaron momentos de tormenta
política.
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El segundo eje, a través del cual se puede apreciar el
deterioro de las relaciones políticas entre las partes,
se deriva lógicamente del primero y es aquel que atraviesa
el carril político. Las diferencias políticas entre
ciertos países europeos e Israel hacen difícil una
mayor cooperación y entendimiento sobre asuntos centrales
en la agenda política Israelí, y un ejemplo típico
son las visiones encontradas sobre el conflicto árabe-israelí,
y en particular sobre la actual �Intifada�, que lleva ya casi
48 meses. Además hay mucha efervescencia política,
mucha tensión y poco diálogo entre Europa e Israel.
Un
poco de Historia
����������� Israel siempre aspiró
a apoyarse en sí misma y a no depender de una nación
extranjera en aspectos vitales de su existencia, como seguridad
nacional y alianzas estratégicas. Claro que en la práctica,
la situación es distinta. Hoy día, ya lejos de la
Guerra Fría, difícil se nos hace hablar en términos
de un mundo bipolar, dividido en dos grandes bloques políticos,
encabezados por Estados Unidos y por la Unión Soviética.
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�La realidad asimétrica que dominaba las relaciones Israel-Países
Árabes, en cuanto al acceso a recursos materiales, sumado
al apoyo militar, civil y económico del bloque soviético,
obligó a Israel a balancear esta diferencia a través
de un acuerdo, pacto político-militar de algún tipo,
con una potencia mundial.
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En los años �50, las relaciones cercanas y estratégicas
entre Israel y Estados Unidos2 no se daban por sobreentendidas,
sino que, por el contrario, Israel y Francia, a través
de intereses comunes, internos y externos, disfrutaron de una
alianza que trascendía el alcance militar. Por supuesto,
el aspecto militar fue el que dominó los intereses mutuos,
y como ejemplo podemos citar la transferencia de ayuda significativa
de Francia hacia Israel en el campo nuclear. Además, acuerdos
de cooperación económica, científica, educativa,
intercambio universitario y turismo formaron parte de las complejas
relaciones entre ambos países.
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La influencia francesa en la política exterior Israelí
de los años '50, que duró hasta mediados de los
'60, fue reemplazada por la influencia americana. Este proceso
de �transferencia� de una hacia otra estuvo acompañado
por una intensa discusión ideológica entre los lideres
israelíes. Uno de los participantes de aquella diferencia
ideológica era un joven que se desempeñaba como
Director General del Ministerio de Defensa, y de hecho Vice-Ministro
de Defensa, y a su vez, muy allegado a Ben Gurion. Este joven,
hoy líder de la oposición y del Partido Laborista,
Ex Primer Ministro en dos ocasiones, Simón Peres, se opuso
a la postura cambiante Israelí en favor de Estados Unidos
y abogaba a favor de la continuación de la orientada hacia
Francia. Yitzhak Rabin, por su parte, alto miembro del Estado
Mayor del ejercito Israelí en aquella poca, sostenía
que Europa se encontraba en decadencia y que Estados Unidos dominaba
la política mundial y, por lo tanto, hacia allí
debía orientarse Israel. En este tema, ambas figuras se
enfrentaron, pero serian ambos quienes, entre los años
1992-1995, llevarían a cabo una política balanceada
y de mejora en las relaciones con Europa. Es importante aclarar
que fue Peres el pensador e ideólogo de la orientación
francesa en la política exterior Israelí en los
años �50, y que sería Rabin quien, en los �60, influiría
sobre el Gobierno del Primer Ministro Levy Eshkol para que este
adoptase una política de acercamiento intensivo con Estados
Unidos, a cambio de recibir la posibilidad de comprar de armas
en el mercado americano.
Desarrollo
����������� Israel y Europa, a pesar
de sus diferencias, también poseen puntos de interés
mutuos, que deben ser aprovechados en el futuro. Estos aspectos
de interés mutuo pueden dar un aliento a la mejora de las
relaciones entre Europa� e Israel. Es necesario definir qué
es Europa hoy en día, a comienzos del siglo XXI y, en base
a esa definición, desprender las afirmaciones.���
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Europa representa en el año 2004 mucho más que un
pequeño grupo de países o potencias occidentales.
La ampliación de la Unión Europea a Europa del Este
y la unión de la mayoría de los ex países
del bloque soviético en abril de 2004 refleja la complejidad
de relaciones entre esa integración internacional europea.
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Sería un error basar las relaciones de Israel y Europa
en las respuestas de Francia a Israel en el campo político.
Israel posee relaciones diplomáticas con toda Europa, tanto
oriental como occidental. Acuerdos de libre comercio y disminución
de tarifas existen a nivel bilateral y multilateral entre Europa
e Israel, especialmente luego del vuelco producido desde 1993
y el acercamiento llevado a cabo por la Administración
Rabin-Peres. Sin duda cabe señalar la importancia del impacto
positivo que significó la relativa normalización
de las relaciones entre Israel y los palestinos por una parte,
y el acuerdo oficial de paz entre Israel y el Reino Jordano. Respecto
a este punto, también algunos países árabes,
otrora enemigos de Israel, vieron en su vecino un puente capaz
de acercarlos a Europa para recibir de allí ayuda económica-política.
La situación de aislamiento internacional que sufrió
Jordania luego de la guerra del Golfo Pérsico, en 1991,
como consecuencia de su apoyo a Saddad Hussein, sumada al daño
económico por aquel acto político erróneo,
llevó al Rey Husein de Jordania a tomar en 1994 la decisión
de llegar a una cuerdo de paz oficial con Israel. Desde aquella
época, Jordania vio incrementada la ayuda económica
europea
����������
Este punto, el de Israel como intermediario para países
en mala posición económica a la hora de acercarse
a Europa, debe ser tenido en cuenta.. Por supuesto, Israel puede
disfrutar de aquellos frutos en mucha mayor medida.
Campos
de Interés Común
����������� Es importante destacar
4 aspectos en los cuales observamos una convergencia del interés
europeo e Israelí, por lo menos a nivel teórico.
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�El primero radica en el hecho de la aceptación y cierto
grado de autoridad con que se ve y califica a Europa en el ámbito
político ante los ojos de la población árabe
y de su liderazgo. La legitimidad y la autoridad, quien quiera
llamarla moral, que posee Europa ante los ojos del mundo árabe
es indescriptiblemente superior a la norteamericana. La falta
de credibilidad americana se hace evidente en el rechazo y odio
popular existente en el mundo árabe, dentro y fuera de
Medio Oriente, y por diversos motivos, contra esa potencia. No
es objetivo de este artículo analizar este tema, pero uno
de los causantes de la problemática radica en la actual
estadía norteamericana en Irak.
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�El argumento que se intenta desarrollar se apoya en la idea del
papel que puede ocupar la Unión Europea como �tercera parte�
en el proceso de mediación entre israelíes y palestinos.
La mediación europea no debe ser rechazada de plano por
ninguna de las partes involucradas en este conflicto, menos cuando
las partes atraviesan un conflicto armado y una absoluta carencia
de confianza, elemento primordial y básico para encarar
negociaciones de cualquier tipo. La Unión Europea puede
ejercer el papel de inversor y apoyo económico, a través
de mecanismos de manejo y distribución del dinero en forma
clara, evitando que esos recursos deriven en manos de organizaciones
terroristas, o líderes políticos que los deriven
a las mismas.
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Segundo: Israel debe considerar a Europa como un futuro marco
de integración política y económica y no
puede desperdiciar la oportunidad de pertenecer al mismo. La orientación
americana de la política exterior de Israel, pero además
de la política de seguridad de Israel, y su importancia
estratégica a largo plazo, no debe alejar a Israel de marcos
de cooperación económica-política con el
conjunto de los países europeos, más precisamente,
con la Unión Europea.
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Tercero: tanto Israel como Europa enfrentan dos amenazas a su
seguridad.
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Por un lado, los intentos de países enemigos de Israel
de lograr capacidad nuclear, más claramente el de Irán,
también conllevan un claro elemento de peligro para Europa.
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A pesar del peligro que la capacidad nuclear iraní significa
para Europa, son ellos quienes poseen buenas relaciones con el
régimen del país persa. Países como Alemania
y Francia, a través de una presión israelí
clara, pueden obtener sanciones económicas contra Irán
en caso de no responder a las demandas del a Comunidad Internacional,
encabezadas por Europa.
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Por otro lado, el peligro del terror masivo se hizo evidente en
Europa, ya sea tanto en los atentados en Turquía durante
2003 como el del 11 de marzo de 2004 en España. Aquí
es Europa quien debe entender que la amenaza del terror internacional
cae también sobre ella, y que la cooperación con
Israel, quien posee experiencia y medios en el combate del terror�
con éxitos sin precedentes, es una tarea central y obligada.
Medios como el intercambio de información en tiempo real,
protección de embajadas y consulados o aviones de líneas
aéreas, lucha contra las organizaciones financieras complejas
que apoyan el terror pueden ser algunos de los aspectos de colaboración
mutua, entre Israel y Europa.
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Como cuarto elemento de interés común se encuentra
el antisemitismo creciente en Europa. La responsabilidad histórica
que lleva consigo Europa respecto al Holocausto sufrido por el
pueblo judío durante la Segunda Guerra Mundial, no cesará.
Las manifestaciones de antisemitismo en Europa, todas sin excepción,
aun particularmente las de mayor intensidad vistas en Alemania,
Francia y Bélgica durante 2003, demuestran que la lucha
contra el mismo es conjunta. Más aún, al observar
la relación existente entre antisemitismo y conflicto en
Oriente Medio, con el hecho de que pequeños grupos extremistas
dentro de la población musulmana europea se encuentren
entre los motivadores del nuevo antisemitismo, remarca la importancia
del papel positivo que puede jugar Europa ante este problema.
Conclusión
����������� Según los cuatro
elementos de interés común entre Europa e Israel,
es evidente que son ambas las partes que deben realizar concesiones
para profundizar la colaboración. Será el tiempo,
junto con las decisiones políticas y sus consecuencias
e impactos, las que podrán juzgar cuál fue el rumbo
que tomó la antigua relación histórica entre
Europa y el pueblo judío, representado por el Estado de
Israel.
1.
Este concepto posee su historia en Israel, y como tal, demuestra
la decisión consensuada y racionalmente tomada por los
líderes israelíes a través del tiempo. Ben
Gurión, primer ocupante del cargo de Primer Ministro, hizo
referencia a la necesidad estratégica Israelí de
alinearse con los Estados Unidos, luego del fracaso político
Francés-Británico en la conquista del Canal de Suez,
en Octubre 1956.
2.
Estas relaciones pasaron a ser calificadas por líderes
de ambas naciones como �especiales�, desde mitad de la década
de los �60.
*El
autor es estudiante de Relaciones Internacionales e Historia del
Pueblo Judío en la Universidad Hebrea de Jerusalem.
�Si la Unión Europea cambiara
la actitud hacia Arafat estarían
ayudando a fortalecer la oficina del primer ministro palestino,
una invención --en definitiva�europea�
Por Joaquín
Mirkin
(Desde Madrid)
Víctor Harel --nacido en Uruguay-- es uno de los diplomáticos
israelíes que mejor conoce �la cocina� de las relaciones
entre la Unión Europea e Israel. Ha sido el representante
israelí ante la UE, en Bruselas,
durante los últimos años, antes de ser recientemente
nombrado Embajador de Israel en España. Harel
atendió a �Horizonte� en su despacho personal de la representación
diplomática israelí, en Madrid, en el lujoso barrio
de Salamanca.��
�Cuál es el estado de las relaciones políticas
actuales entre la UE y el Estado de Israel luego de la difusión
del Euro barómetro (la encuesta publicada a fines de 2003)
según cuyos resultados Israel es la mayor amenaza para
la paz y la seguridad internacional?
�����������
Desde la difusión de aquella encuesta han sucedido
una serie de hechos y actividades que marcan las relaciones entre
Israel y la UE hoy en día, unas relaciones que han conocido,
en general, altibajos. En estos momentos estamos viendo una relación
cuesta arriba. Hemos dejado atrás lo del Euro barómetro.
Gran parte de Europa ha llegado a la conclusión de que
aquello de la encuesta había sido un error de importancia.
Habían hecho una lista de 15 países que no se correspondían
en forma alguna con la realidad, y al mismo tiempo habían
enterrado un informe sobre el antisemitismo en Europa, pedido
por la misma UE. De ahí que estos dos hechos juntos llevaran
a la UE a un cierto período de retrospectiva interna. A
partir de ese momento hemos visto una serie de actividades que
muestran que estamos yendo cuesta arriba en las relaciones. Mencionaría,
en primer lugar, el simposio o seminario sobre antisemitismo organizado
en Bruselas y encabezado por el mismo
Romano Prodi. El hecho de tener un seminario
de esta naturaleza conduce a una mayor motivación y sensibilización
sobre el tema, que es fundamental. En segundo lugar, una delegación
muy importante de la Comisión de la UE viajó a Israel
para tratar en forma muy específica el tema más
candente hoy en día entre la UE e Israel: lo que se denomina
como política de buena vecindad más allá
del enlargement o ampliación
(a partir del 1 de mayo de 2004). Una política que incluye
países que van más allá de la ampliación
al este europeo, entre ellos Israel, y que tiene cierto significado
en el terreno práctico. Una delegación de expertos
viajó a Israel para ver cuáles pueden ser las áreas
en las cuales aumentar la cooperación entre Israel y la
UE, fundamentalmente en el campo económico, social y cultural.
Hemos logrado un plan de trabajo muy adecuado. El tercer punto
que mencionaría es el problema de la valla (security
fence) Aún cuando sabemos que
la UE critica a la valla, no todos atacan su concepto. Hay países
como Alemania o España que aceptan el hecho de
que Israel tiene el derecho a defenderse, pero tienen problemas
con respecto a su ubicación. Sin embargo, lo que todos
los países de la UE han estado de acuerdo es en el hecho
de que el Tribunal de la Haya no es el lugar adecuado para tratar
el asunto, y por ello se abstuvieron en la Asamblea General de
Naciones Unidas (en diciembre) Consideran que la Corte de la Haya
no es el lugar adecuado para tratar un asunto eminentemente político.
Este escenario crea una atmósfera de relativa calma, luego
de haber tenido todo tipo de crisis y momentos de tensión.
Pero agregaría un último punto: la excelente presidencia
italiana de la UE. Por una serie de razones, y en particular desde
el punto de vista de Israel, ha sido una de las mejores presidencias
de la UE. Unas relaciones cercanas, de muchísima coordinación
y de entendimiento.
�Tiene el Estado de Israel una política
exterior común hacia la Unión Europea o una política
exterior diferente hacia cada país miembro?
�����������
Es muy difícil para nosotros tener una política
común para la UE, ya que hay lazos bilaterales de Israel
con Europa que son muy diferentes unos de otros. Nuestras relaciones
con Alemania, por ejemplo, son particulares, especiales,
diferentes, y podemos utilizar muchos calificativos, pero están
en un mundo aparte. Están basadas en seis millones de razones
diferentes. El compromiso histórico de Alemania con Israel es muy diferente del compromiso
que tienen Finlandia o Grecia, por citar algún ejemplo.
Luego está el asunto de la guerra en Irak. Para Israel
no se trata de un debate académico o virtual sino que es
un tema bien real por la participación de Irak en todas
las guerras. La eliminación del régimen de Sadam
Hussein se ha traducido para Israel
en una serie de consecuencias sumamente positivas en el área
estratégica. Si una cierta Europa, como por ejemplo el
Reino Unido o España, adoptan una actitud anti
Sadam Hussein
hasta el punto de llevarlo a cabo en el terreno mismo, obviamente
nuestra posición será diferente que con los países
que se oponen completamente a la guerra, y a cualquier tipo de
actividad de este carácter. De allí que no es posible
hablar de una política israelí hacia la UE, como
tampoco se puede hablar de una política exterior común
hacia la UE en todos los aspectos. Nuestra política y nuestras
relaciones, por tanto, se dan con matices (a veces importantes)
de país a país.
Tras la desaparición
del régimen iraquí, y sobre todo hablando desde
el punto de vista estratégico, �por qué no prospera
la Hoja de Ruta? �cuáles podrían ser las medidas a tomar por el
gobierno israelí hoy para hacer avanzar las negociaciones
de paz?
����������� La
Hoja de Ruta es un proceso gradual en el cual hay tres etapas.
Además, hay que examinar los resultados de cada etapa para
pasar a la etapa siguiente. La primera parte de la Hoja de Ruta
habla de llegar a una estabilidad y a una cierta tranquilidad
en el aspecto del terror. Es decir, la lucha del terrorismo debe
ser una responsabilidad básica de la Autoridad Palestina,
cosa que no se está llevando a cabo en la práctica.
De allí que no se pueda avanzar en ese sistema gradual
y paulatino de la Hoja de Ruta mientras no se lleve a cabo la
primera fase: la lucha contra el terror. Aquí reside uno
de los puntos de diferencia entre Israel y la UE en relación
a lo que hablábamos anteriormente: el tema de Arafat.
Mientras nosotros vemos a Arafat como
parte del problema, y no como parte de la solución, la
UE continúa viendo en Arafat
un interlocutor válido, alguien a quien hay que seguir
considerando una pieza clave dentro de este proceso. Por eso continúan
hablando con él, visitándolo. Nosotros creemos que
es una equivocación. Si la UE cambiara la actitud hacia
Arafat estarían ayudando a fortalecer la oficina del
primer ministro palestino, una invención --en definitiva�europea
�Qué respondería usted a quienes
plantean (como lo hacen analistas y medios de comunicación)
que la política actual del gobierno israelí en materia
de seguridad ha sido un fracaso?
����������� �Yo
diría que es imposible juzgarlo en esos términos.
Es cierto que el número de víctimas israelíes
en estos tres años y medio de Intifada
no tienen precedentes. Pero el terrorismo palestino ha llegado
a un nivel sin precedentes y no conocido anteriormente en cuanto
a los cientos y cientos de potenciales terroristas suicidas palestinos
que están dispuestos a cometer actos de terror. El gobierno
de Israel, encabezado por Sharón, ha hecho todo lo posible
para ejercer el derecho de autodefensa, incluyendo acciones selectivas,
destrucción de casas de terroristas y la continuación
de la construcción de la valla. A menudo nos olvidamos
de que la Intifada no comenzó
estando el primer ministro Sharón en el poder sino estando
aún Barak, unos meses después del fracaso de las negociaciones
de Camp David, y probablemente como
consecuencia de ello. De allí que Sharón --en circunstancias
difíciles, precisamente por enfrentar a un terrorismo sin
precedentes-- haga lo posible por salvaguardar la seguridad de
Israel.
�En qué consiste el llamado plan de disengagement o retirada unilateral?
����������� Es parte de un plan, aunque me gustaría
verlo mejor incluso como parte de la Hoja de Ruta. Más
de una vez Sharón ha hecho un llamado urgente al liderazgo
palestino para que vengan a sentarse en la mesa de las negociaciones,
par a comenzar a trabajar e implementar la Hoja de Ruta. No ha
habido, sin embargo, un encuentro aún entre Abu
Alá --el nuevo primer ministro, que ya lleva tres meses
en su puesto-- y Sharón. Podemos continuar esperando de
brazos cruzados, es decir more of the same: más atentados,
más represalias, más defensa de Israel, continuación
de la valla, etc, o podemos tomar otra
actitud y actuar en forma unilateral. No hay con quien dialogar.
Nos estamos refiriendo a doce organizaciones terroristas y no
sabemos con quién hablar, ni quién habla por quién.
En ese sentido, este plan de retirada unilateral o separación
--disengagement-- es algo que no va
a implementarse inmediatamente, sino que hay antes varios pasos
de tipo legal, jurídico y constitucional para dar. El mismo
gobierno de Israel no ha decidido aún sobre este plan,
que está siendo publicado y examinado. De allí que
Sharón tenga que llevar el plan al gobierno, a la Knesset
(parlamento). De cualquier forma, no estamos hablando de las próximas
semanas sino de acciones para los próximos meses, por lo
que aún hay un espacio para que la Autoridad Palestina
pueda venir y decirnos que van a comenzar a luchar contra el terror,
como se debe. Aún hay esperanzas para la Hoja de Ruta.
Pero si continúan los atentados y seguimos en la situación
actual veremos acciones unilaterales por parte del gobierno de
Israel. No nos queda otro camino frente a la falta de remedio.
Debemos salir de este callejón sin salida.
Por último, �por qué
América Latina ocupa un cuarto lugar en la política
exterior israelí?
����������� No sé quien elaboró esa tabla de
posiciones. Pero varía de repente, cuando, por ejemplo,
hay una crisis socio-económica en la Argentina y surge
el tema de la Aliá (inmigración a Israel), entonces Argentina
sube en la tabla de posiciones, aunque sea en forma temporal.
No soy experto en América Latina, pero obviamente hay razones
de carácter geográfico que dictan una realidad.
En primer lugar, como primer círculo geográfico,
tenemos nuestra periferia natural y la cuestión derivada
del conflicto; me refiero a tratar de mejorar las relaciones con
Egipto, Jordania, los países del Golfo, el Magreb. Luego, como segundo círculo geográfico,
tenemos las relaciones con Europa, nuestro principal socio económico,
tanto a nivel de importaciones como de exportaciones. En el contexto
de ampliación y de política de buena vecindad --como
dijimos-- Chipre llega casi a la frontera con Israel. En tercer
lugar, o mejor dicho, en el primero (debería haber empezado
por allí) están las relaciones con Estados Unidos.
Si hay alguien con quien tenemos verdadera proximidad ideológica
(desde todos los puntos de vista) es con Estados Unidos. Siempre
recuerdo mis comienzos en la carrera diplomática, en México.
Allí hay un famoso dicho que habla del pobre México,
�tan cerca de Estados Unidos y tan lejos de Dios! En Israel decimos
pobre Israel, tan cerca de Dios y tan lejos de Estados Unidos.
Es decir, no tenemos con Estados Unidos una proximidad geográfica,
sino ideológica y de alianza estratégica, de la
cual estamos orgullosos y no lo ocultamos. Con estos tres círculos
obviamente llegamos al cuarto. Un continente que, por lo general,
ha mostrado gran simpatía y comprensión hacia Israel
y al que tal vez habría que ponerle más interés.
Pero cuando uno mira el número de embajadas israelíes
en América Latina (a pesar de haber cerrado dos o tres),
es sumamente impresionante comparando incluso con otros países
que tienen fuertes intereses económicos en América
Latina. De allí que no podamos hablar de una situación
de cuarto lugar, porque Israel está muy bien representada
en América Latina, y América Latina está
muy bien representada en Israel. No hay todo lo que quisiéramos
ver pero, en definitiva, hay más de lo que (a veces) el
ojo puede ver.
Europa contra Israel
Por Gustavo D. Perednik*
(Desde Jerusalem ,Israel)
Voltaire, quien urgió a desembarazarse de todos
los prejuicios medievales, no logró vencer a uno ellos
y nos llamó a los judíos �el pueblo más imbécil
de la faz de la Tierra, enemigos de la humanidad, el más
obtuso, cruel, absurdo...�
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En Francia, el siglo XIX no corrigió al
XVIII. Ni siquiera en su literatura socialista puede hallarse
compasión por los judíos perseguidos, aun cuando
hubo en ese lapso seiscientos pogroms. En el XXI el mal continúa. Un par de embajadores
fueron muy francos: Jacques Huntzinger
justificó el terrorismo contra Israel, y Daniel Bernard
culpó de los males del mundo al �paisito de porquería�.
Uno de los más grandes escritores de Europa, José
Saramago, nos comparó con los
nazis, y uno de sus más grandes músicos, Mikis
Theodorakis, declaró que �los
judíos son la raíz del mal, arrogantes y agresivos�.
Sólo a Israel se lo llama "nazi" o "cáncer
de Medio Oriente". La deliberada aniquilación de seis
millones de inocentes en tierras alemanas, mares británicos,
traición francesa, Banca Suiza, y silencio Vaticano, se
equipara frecuentemente con nuestro conflicto político,
uno de los muchos que hay en el mundo pero, sin duda, el que más
pasiones despierta. Durante siglos el judío fue percibido
por Europa como diabólico, confabulador, sanguinario; nuestra
religión, como �vengativa, superada por la religión
del amor�. Esos prejuicios atávicos se descargan hoy contra
el judío de los países, el más censurado
del planeta, el único al que se le cuestiona su derecho
de existir. Todos los países nacieron gracias a movimientos
nacionales, pero a los ojos europeos el único movimiento
bastardo es el sionismo.
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La campaña anti-israelí
de los medios es un fruto podrido de la perseverante hostilidad
europea hacia el pueblo judío. El pequeño Estado
cuya creación fue necesaria para salvar millones de vidas
de las garras de Europa, es el que recibió dos terceras
partes de las condenas de las Naciones Unidas.
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La excusa son los �territorios ocupados� en 1967.
Pero en 1965 la Unión Soviética ya se oponía
a que la Declaración de los Derechos Humanos de la ONU
incluyera una condena de la judeofobia. Cuando el único
pecado de Israel era existir, sin �ocupación� alguna, Arafat
y su OLP ya nos asesinaban. Los medios saltean que �la ocupación�
fue consecuencia de la agresión árabe; no su causa.
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Tendremos paz duradera con nuestros vecinos cuando
éstos se democraticen, porque entre democracias nunca hay
guerras. En el mundo árabe, los regímenes de hoy
son enemigos, tanto de Israel como de los pueblos árabes.
Pero la judeofobia es europea. Su gente, que podría libremente
exigir a sus gobiernos que dejen de mortificar a Israel en su
esfuerzo por sobrevivir, ha optado por confrontar a este exiguo
pueblo que hizo del desierto un vergel y que siempre estuvo dispuesto
a transigir para construir la paz con sus vecinos, que poseen
un territorio quinientas veces mayor.
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La delegación europea de periodistas que
llegó a Ramalah a solidarizarse
con Arafat dejó sus oficinas escondiendo entre ellos a
trece terroristas buscados. Nadie nos pedirá disculpas.
La Comunidad Europea entrega a Arafat
50 millones de euros para compensar la destrucción israelí.
�Merecerá algún judío reparación por
las muertes del terrorismo que desató Arafat
con ayuda de Europa?
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La Unión Europea demanda ceses de fuego
sólo cuando Israel se defiende; no ve las agresiones contra
civiles judíos.
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Los estertores del Holocausto continúan,
pero no sólo por la ola de frecuentes ataques a sinagogas.
Los europeos nos matan al legitimar las acciones más viles
de quienes se empeñan en destruirnos, y lo hacen bajo el
estandarte que es la máxima hipocresía del siglo:
la supuesta solidaridad con el pueblo árabe palestino.
����������� A los europeos los palestinos les importan muy
poco. El único país que les creó universidades
y servicios municipales fue Israel. Cuando Jordania mató
a miles de ellos o cuando Kuwait expulsó a decenas de miles,
no hubo solidaridad. A Europa no la motiva el bienestar palestino,
sino el dudoso placer de castigar a Israel.��������������������������������������������������� �����������������������������������������������������������������������������������
Tampoco
le interesa a Europa que no tengan Estados propios los cachemiros,
tamiles, corsos, chechenos, tibetanos, curdos,
neocaledonios, ibos,
aymaras o cientos de naciones. Sólo
los palestinos, que nunca tuvieron Estado, despiertan su solidaridad
incondicional. Así han validado cuatro mentiras universalmente
aceptadas:
- La
peor calamidad de un pueblo es carecer de Estado propio.
- Los palestinos son los
únicos carentes.
- Israel siempre es culpable
de esa carencia (desde Barak a Sharon,
todos los gobiernos israelíes han propuesto a los palestinos
que abandonen las bombas y se dediquen a crear en paz su Estado).
- Cualquier medio les
está permitido a los palestinos: bombas en pizzerías,
discotecas, cumpleaños y escuelas. A ningún otro
se le perdonaría lo que se condona si la víctima
es judía.
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Los líderes de cientos de pueblos son ilustres
desconocidos. Arafat ha tenido la tenebrosa
suerte de elegir al enemigo perfecto, que le permitió catapultarse
al estrellato y aun al Premio Nobel
de la Paz. �Quién sabría de Arafat
si no fuera por Europa? �Por qué habría de dejar
de matarnos si lo aplauden? Con él han agotado sus condolencias
los europeos; no les quedan ni una palabrita para los padres judíos
que perdieron a sus hijos en el terror palestino. La judeofobia
medieval quería desalojar al judío de la sociedad;
la contemporánea tiende a aislar al Estado judío
de la familia de las naciones. Israel les ofreció a los
palestinos el territorio que reclaman, y ellos respondieron con
dos años de atentados, a pesar de que se haberse comprometido,
en cinco tratados de paz con Israel, a renunciar al terrorismo
y esgrimir sus demandas en la mesa de negociaciones. Matan y se
matan, para destruir Israel, ni un milímetro menos. Pero
para Europa el malo es Israel. Bomba en una discoteca en Tel
Aviv; la BBC de Londres escarba en una guerra de hace veinte años
para exigir que sea juzgado por �crímenes de guerra� (de
cristianos contra musulmanes) el Primer Ministro... judío.
Israelíes son baleados día a día y el ministro
noruego anuncia que está permitido. Sólo productos
israelíes boicotea Noruega, y anuncia arrepentirse de haber
hecho Nobel de la Paz... �a Shimon Peres! Una iglesia de Belén
da asilo a terroristas armados y el Papa exhorta a que no se humille
a Arafat.
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La judeofobia no puede agotar la explicación
del conflicto en el Medio Oriente. Pero desconocerla como factor
influyente es, cuando menos, ingenuo. La contribución que
Europa podría hacer a la paz es inmensa, si desaprobaran
la incitación en las escuelas. Hasta hoy, Israel ni figura
en los mapas de los árabes. Sus niños aprenden en
clase que Israel debe ser destruido y que el modelo a imitar es
el �mártir sagrado� que se suicida para matar civiles judíos.
La ofensiva militar israelí en los territorios disputados
tiene como objetivo desbandar a los grupos terroristas que actuaban
con impunidad bajo protección de Arafat,
su meta es desmantelar esa infraestructura de muerte. Cumpliendo
con los acuerdos de Oslo, Israel importó desde Túnez
combatientes palestinos, los proveyó de territorio, dinero,
armas y prestigio. Su respuesta no fue desarmar el aparato terrorista,
sino alentarlo, entrenarlo y glorificarlo. Pero lo que ofende
a Europa es la autodefensa israelí. Arafat
es su darling. Son eminentemente antipalestinos,
como Arafat, porque el único
ideal que les ofrecen a los niños palestinos, no es medicina
ni agricultura, sino la muerte. El matricidio europeo viene desde
hace miles de años matando judíos, o perdonando
a quienes los matan o denostando a los judíos porque no
se dejan matar. Si se invirtiera en la democratización
de los Estados árabes un pequeño porcentaje de lo
que invirtió en la de Latinoamérica, Sudáfrica
y el mundo comunista, si se exigiera la legitimación de
Israel y el respeto a los valores humanos, se habría avanzado
hacia la paz. Aunque ése es el quid de la cuestión,
Europa tiene otras prioridades.
*El
autor es filósofo, escritor y pensador judío
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